![](https://campuscardio.com/wp-content/uploads/2018/11/RESPUESTA_CORRECTA.png)
El trazado muestra un ritmo sinusal a 80lpm, con onda P positiva en derivaciones I, II y aVF y negativa en aVR. La derivación III explora al corazón desde abajo a la derecha, y aunque la onda P de origen sinusal suele ser positiva en III, en ocasiones (como es el caso), la onda P en esta derivación puede ser bifásica (positiva-negativa) o incluso negativa sin que suponga una desviación de la normalidad.
![Imagen1-(1)](https://campuscardio.com/wp-content/uploads/2020/02/Imagen1-1.jpg)
El intervalo PR es normal, el complejo QRS es estrecho y el segmento ST es isoeléctrico.
En este trazado llama la atención las ondas R muy prominentes en las derivaciones precordiales derechas (V1, V2 y V3) y las ondas T negativas en estas mismas derivaciones.
En un individuo adulto sano, donde la masa del ventrículo izquierdo supera a la masa del ventrículo derecho, las derivaciones precordiales que exploran el lado derecho deben ser predominantemente negativas mientras que deben ser positivas cuando exploramos el corazón desde la izquierda. Las ondas T en un individuo adulto pueden ser negativas en V1, pero no deberían ser negativas en V2 ni en V3.
![Imagen2](https://campuscardio.com/wp-content/uploads/2020/02/Imagen2.jpg)
Nos encontramos ante un ECG normal en edad pediátrica.
Durante la vida fetal la oxigenación es proporcionada por la placenta. Los alveolos están llenos de líquido amniótico y no puede realizarse el intercambio de 02 y C02 a través de la membrana alveolo-capilar. Esto produce un aumento de resistencias pulmonares que aumentan el trabajo del ventrículo derecho fetal. Esta sobrecarga fisiológica del ventrículo derecho justifica las ondas R prominentes en derivaciones precordiales que exploran el corazón desde la derecha y alteraciones de la repolarización en esas mismas derivaciones.
A modo de resumen, los cambios en el ECG debido a la edad se pueden resumir en:
• Disminución de la frecuencia cardíaca desde el recién nacido (90-160lpm) hasta el adolescente (60-100lpm).
• El eje del QRS cambia de dirección derecha y anterior en el recién nacido (70-180º) a izquierda y posterior en el adolescente (5-110º).
• La amplitud de la onda R disminuye en precordiales derechas y aumenta en precordiales izquierdas, al contrario que la amplitud de la onda S.
• Se alarga el intervalo PR, pasando de 80-150ms en recién nacido a 100-200ms en el adolescente.
• Se alarga la duración del QRS, pasando de 40-70ms en el recién nacido a 60-90ms en el adolescente.
• Las ondas T en derivaciones precordiales presentan variaciones en función de la edad. La presencia de una onda T negativa de V1 a V3 es un hallazgo normal entre la primera semana de vida y los 8 años (patrón juvenil), pudiendo incluso persistir en la adolescencia. La onda T se va positivizando normalmente desde V3 a V1.
• Ondas Q profundas en derivaciones izquierdas hasta los 3-5 años de edad.
Bibliografía
Sanches M, Coelho A, Oliveira E, Lopes A. Electrocardiograma en edad pediátrica. Medicina de Familia. SEMERGEN. 2013. Elsevier. Disponible en:
https://www.elsevier.es/es-revista-medicina-familia-semergen-40-pdf-S1138359314000550
Ardura J. Realización e interpretación del electrocardiograma pediátrico. An Pediatr Contin. 2004;2:113—8.
Autores:
Afonso Xosé Couso García. Residente de Medicina Familiar y Comunitaria. CHU Ferrol.
Rubén Niñez Lorigados. Residente de Medicina Familiar y Comunitaria. CHU Ferrol.
Enero 2020
Imágenes tomadas de: Blanco Vidal M, Fernández-Obanza Windscheid E. Electrocardiografía básica. Aproximación práctica a la lectura del EKG. 2020