Características de los ritmos nodales de escape
Características del ritmo nodal de escape.
Ante una bradiarritmia, lo primero es definir si el problema tiene relación con la generación del estímulo en el nodo sinusal (enfermedad del nodo sinusal o síndrome del nodo enfermo) o con la transmisión del estímulo hasta los ventrículos (bloqueos auriculoventriculares).
Lo ideal para optimizar el bombeo cardíaco es que exista sincronía entre aurículas y ventrículos, pero, lo imprescindible para mantenernos vivos, es que el ventrículo se contraiga adecuadamente (por ejemplo, en un paciente con fibrilación auricular, las aurículas no se contraen adecuadamente y no contribuyen al llenado ventricular, pero el paciente puede vivir muchos años). Para ello, diferentes estructuras del tejido especializado disponen de automatismo con una frecuencia de descarga jerárquicamente menor, para no competir con centros más altos pero capaces de funcionar como mecanismo accesorio de seguridad.
Cuando el nodo sinusal no genera impulsos, el nodo auriculoventricular puede tomar el ritmo cardíaco (ritmo de escape), habitualmente a una frecuencia entre 40 y 50 latidos por minuto. Si también falla el nodo AV, todavía el haz de His sería el “plan C”.
Los ritmos nodales de escape se presentan como un ritmo regular, a una frecuencia entre 40 y 50 lpm, con QRS estrecho y ausencia de ondas P de origen sinusal precediendo al QRS.
Si el estímulo se genera en el nodo AV, la despolarización auricular se produce desde abajo hacia arriba, como se muestra en la flecha roja en la imagen de abajo.
El nodo auriculoventricular es una estructura alargada, y el ritmo de escape puede originarse a diferentes niveles. La actividad auricular en los ritmos nodales nos permite evaluar a qué nivel del nodo AV se produce el escape.
En la siguiente imagen se muestra la morfología de la onda P en extrasístoles supraventriculares originados en el nodo AV alto, nodo AV medio o nodo AV bajo. Fijémonos que, cuando el impulso se origina en el nodo alto, la actividad auricular se presenta como una onda P negativa que precede al QRS, porque primero se despolariza la aurícula y luego el ventrículo. Cuando el impulso se genera en el nodo AV medio, la actividad auricular no se ve porque queda oculta tras el QRS. Cuando se genera en el nodo AV bajo, la actividad auricular se presenta como una onda P negativa después del complejo QRS.
Veámoslo en la imagen de abajo.
Esta información es extrapolable a los ritmos nodales. Fijémonos en las siguientes imágenes como la morfología de la actividad auricular nos puede ayudar a situar el origen del impulso.
Detalle de la actividad auricular en impulso nodal bajo.
Autores:
Campuscardio.com
Para saber más: